Por
fin llega el día, ¡¡este sábado diferente que cogemos con tantas
ganas!!. Hoy, toca madrugar, cargar la mochila de comida, agua y
ganas de disfrutar de la naturaleza porque nos vamos a Ribavellosa.
Esta
salida, también tiene una coma nostálgica, y es que Brian, uno de
nuestros jóvenes regresa a su país (Bolivia) el mes que viene, así que
también nos sirve para celebrar todos los momentos que hemos vivido
juntos y juntas, y que nos quede como bonito recuerdo.
Miguel,
el educador ambiental, nos espera en esta maravillosa finca. La
semana pasada nos visitó para explicarnos en qué consistiría la
visita de hoy, ¡así que sobra motivación!.
Comenzamos
orientándonos y aprendiendo a manejar las brújulas porque Miguel
nos ha preparado un mapa que nos sirve para guiarnos durante la
excursión. En parejas y con nombres de animales tenemos que ir a la
búsqueda de las distintas pistas que nos ha escondido por el monte.
El
primer tesoro, un nido de pájaro, del Carbonero común. A través de
silbatos, practicamos el canto de las aves y nos ponemos en contacto
con él, también con el petirrojo.
Va
pasando la mañana y hay que recuperar fuerzas compartiendo un
sabroso almuerzo, las y los jóvenes comparten el almuerzo que han
preparado, esta tradición es una de las más afianzadas y que más
gusta en educándonos.
Continuamos
con la caminata, y en este caso atendemos a la explicación de cómo
se recogen las setas. Miguel nos explica las distintas formas de
reconocer y diferenciarlas, y cual es la manera correcta de
extraerla para que pueda soltar sus espóras y no hacer daño a la
naturaleza.
Durante
el disfrute del camino nos facilita distintas fichas de varios
animales comunes al terreno que recorremos, como corzos, ciervos, la
dama del bosque, nutria... . En cada ficha podemos observar varias
fotos de los animales, sus huellas y sus excrementos, ya que nos
pueden facilitar reconocer los rastros.
Seguimos
con las pistas, y en este caso, ¡Premio! Encontramos un diente de
jabalina, con la ficha del animal podemos ver a los pequeños rayones
y sus huellas. Estas fichas facilitan que los y las jóvenes se
animen ha hacer preguntas y aumentan su curiosidad, lo que incide
en el aprendizaje de forma positiva.
A
parte de las explicaciones, el monte nos regala sensaciones de
tranquilidad, armonía, olores y vistas que no dudamos en disfrutar.
Estamos
acabando la excursión, pero Miguel nos tiene preparado un juego muy
especial, “abraza tu árbol”, esta dinámica gustó mucho entre
las y los jóvenes. A la par que respetamos la naturaleza, tenemos
que confiar del compañero o compañera que nos acerca hasta el árbol, ya
que tenemos los ojos vendados. Y como en Educándonos somos muy
cariñosas, les regalamos hasta besitos.
Hemos
disfrutado tanto, que Miguel nos pone el broche final a la excursión
entregándonos el diploma de exploradores. Aunque haya finalizado la
ruta por el monte, todavía nos queda comer juntos. Lo hacemos en uno
de los jardines de las instalaciones, compartiendo y disfrutando del
entorno. Antes de salir de vuelta para casa, disfrutamos de un último
rato de lúdica, y lo debemos hacer bien... ¡porque se sumo hasta la
educadora ambiental del parque! Hemos disfrutado de la naturaleza, de Miguel y
sus conocimientos, de su perrita que nos ha acompañado durante el
paseo y sobretodo de vivir nuevas experiencias y aprender de forma
divertida. ¡repetiremos!
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